La primera historia nos llega de la mano de Emilio Rodriguez (El Milo) que a querido compartir con nosotros como vivio el este Domingo de Ramos:
Tarde de Incienso y Costal
Y llego sin avisar pero llego, todo un año esperando
a un día, a una hora, a una voz que diga al cielo con el hijo de Dios, un
instante donde sientes que estas a su lado, postrado ante sus pies.
Y llego después de toda una noche soñando con Él,
soñando con una tarde de Domingo de Ramos que no se olvidaría, soñando con dar
testimonio público de fe en tu ciudad, ante tu gente…toco despertar temprano,
los nervios me comían por dentro y no querían seguir soñando
más, querían
levantar la persiana y mirar al cielo, cielo que no tenía buena pinta, por mi
cabeza pasaron mil cosas, no poder salir, no poder llevarte sobre mi costal, no
poder presentarte al pueblo…Todo listo en mi cama: faja, costal, zapatilla…y
sobre el cristal de la ventana las gotas no paraban de caer, gotas que parecían
lagrimas caídas de ojos de tus hijos que no quieren que te quedes en casa.
Toco comer prontito y vestirse con la ropa de faena,
dar un beso a la familia e ir al punto de encuentro donde toda la cuadrilla
había quedado para eso, para seguir haciendo cuadrilla, cuadrilla que es una
familia, que esta siempre para lo bueno y para lo malo, siempre con paso firme
y de frente como los grandes misterios.
Hacerse la ropa mando el capataz, todo el mundo
dispuesto ayudarse uno al otro, ayudándole a tirarse la faja, a reliar el
costal, buen ambiente entre este grupo de hermanos y amigos, bromas, risas,
etc…pero siempre con el gusanillo en el estómago ese que no se va aunque
quieras, sabiendo que en un ratito vas a tener encima tuya al Hijo de Dios.
Reunidos todos, los capataces reparten los trabajos,
cada uno ya con su hoja de faena en mano, comparte y lo comenta con el resto de
sus compañeros, viendo en que calle se entra en cual se sale, si haces salida o
entrada, o si te toca hacer catedral. Después de esos momentos toca ir hacia
nuestra casa, a nuestra Iglesia de San Benito a compartir un tiempo de oración,
enfilamos Calle Jesús arriba, la gente asombrada nos mira y saca fotos, llegan
los peones de Azul y Grana, y llegan con ganas, con ilusión y fuerza para darle
al Señor el paseo que se merece por su ciudad. Acabada la oración en San
Benito, nos dirigimos compañía abajo hacía la Iglesia de la Purísima, nuestra
casa adoptiva cada Domingo de Ramos, la gente ya espera a nuestro Despojado una
hora antes de salir, el sol quiere abrirse paso entre las nubes, no quiere
perderse la salida tampoco.
Entramos en la Purísima, besos y abrazos con
nuestros hermanos y hermanas nazarenas, los que ponen luz en nuestro caminar,
al fondo una nube de incienso cubre la delantera del paso, solo se atisbe la
luz de la candeleria y la silueta imponente del Señor, con un nudo en el
estómago y los ojos vidriosos nos acercamos a la delantera del paso para rezar
y pedir que todo vaya bien durante la estación de penitencia, este año no nos
toca a los grandes sacarte Señor, pero te dejamos en las manos y los pies de
los “enanos” con más arte y categoría de toda Salamanca.
Va llegando la hora y los nervios se incrementan,
lagrimas que caen, abrazos con tus compañeros de cuadrilla, besos con tus
amigas nazarenas que hasta el final de la procesión no podrán verte la cara
Señor, oración que nos transmite nuestro director Espiritual y el bello gesto
que toda la cuadrilla ha tenido con tres niños de nuestra hermandad, con tres
angelitos que irán tallados en un futuro en el paso de misterio.
Cinco y media pasadas de la tarde y las puertas de
la Purísima se abren, la cruz guía pisa por fin la rampa y el resto del cortejo
va saliendo con paso firme, suenan los primeros sones de Y Jesús fue Despojado,
la marcha que la AM Expiración ha compuesto para nuestro titular, los flashes
se disparan y la emoción desborda al público y a la cuadrilla que no hace la
salida, nuestro Despojado ya está en el dintel de la bella puerta de la
Purísima, muy poquito a poco el Señor sale a la calle, suena el Himno Nacional
y la gente rompe en aplausos y piropos para el Señor de San Benito, lagrimas
sinceras caen por muchas mejillas al encontrar su mirada de amor, revirá de las
que hacen poner los pelos de punta y una arranca de costero a costero para
acabar de emocionar a las miles de personas que allí se encuentran.
Llega el paso a las Úrsulas y ahora nos toca entrar
a nosotros, a los grandes, con muchas ganas nos metemos debajo del paso y
esperamos el sonido del llamador, bendito sonido. El capataz hace una bonita
llamada y nos vamos al cielo, al cielo de verdad con el Señor, levantá de las
que quitan el sentido, de las que sacan los aplausos de la gente y con paso
largo y elegante nos vamos camino de la Vera Cruz, enfrente tres cruces que te
esperan para que luego pudieras resucitar y venir a salvarnos. Sucesión de
cambios de cuadrilla hasta llegar al atrio de la Catedral Nueva, momento
especial para todos los hermanos, pues ya estamos delante del Santísimo, eucaristía
realizada por el Obispo de nuestra Diócesis y momentos de reflexión para muchos
debajo del paso.
De nuevo se abre la Puerta de Ramos, la gente había
estado aguantando estoicamente a pesar del frio y de la lluvia, quería ver de
nuevo al Hijo de Dios que estaba siendo Despojado, revirá por derecho para
enfilar de nuevo el camino de vuelta a casa cuando una nube caprichosa que no
quería perderse tampoco la procesión hizo acto de presencia, queriendo que
volviéramos a desandar lo que ya
habíamos andado teniendo que refugiarnos en la SIB Catedral durante un largo
periodo de tiempo. Los nervios volvieron a aflorar, las lágrimas también,
pensamientos de que pasara, si podremos acabar nuestra Estación de Penitencia o
no, después de minutos de incertidumbre la Junta de Gobierno decide que nos
vamos para casa, que el Señor tiene que volver a su morada, nos volvemos a
poner el costal y salimos de nuevo a la calle, paso largo pero siempre
elegante, viendo el saber estar de las buenas cuadrillas, acortando el
recorrido, recorrido que nos hizo pasar delante de nuestra sede y vivir un
momento mágico, familia y amigos fueron acompañándonos Compañía abajo hasta la
Purísima, escoltando el paso y el
cortejo, una recogida preciosa y emotiva a pesar de la lluvia, momentos que a
uno como costalero no se le olvidaran jamás, viendo a gente llorar por el
respiradero, a la familia darte ánimos, a tus compañeros de trabajadera
llorar….
Muy poquito a poco caminando con Él, esto se acaba y
no queremos, ultima chicotá para el recuerdo, el tambor marca marcha ni más ni
menos que La Saeta, acordes que llegan al corazón y hacen que las lágrimas
caigan, momentos para acordarte de tu familia, de tus amigos, de tus seres
queridos que ya no están, pero que desde el cielo están disfrutando de este
Domingo de Ramos magnifico, ultima revirá y el Señor esta ya enfrente de sus
hijos, que deseosos están ya de que pase otro año para volver a verte por las
calles salmantinas, levantá fuerte y al cielo con casta, como todas las que
hace este cuadrillon, muy despacito y con paso corto el Señor se despide de
Salamanca hasta otro año, ya esta en casa, y por el respiradero veo a mis
nazarenos y nazarenas muy emocionadas mientras suena Dame Tu Perdón, debajo los
costaleros la vamos cantando hasta que nuestro capataz hace sonar el martillo y
hace bajar el paso, Ahí queo hasta otro año, que se nos hará eterno hasta que
llegue de nuevo el Domingo de Ramos y podamos demostrar a la gente como reza
nuestra cuadrilla, con costal y zapatilla.
Emilio S.
Costalero del Despojado por la Gracia de Dios.
Homenaje para toda la hermandad de Ntro. Padre Jesús
Despojado de sus Vestiduras y María Stma. de la Caridad y del Consuelo y en
especial para sus costaleros y nazarenos/as.
****
Gracias Milo por compartir con todos nosotros esos momentos tan especiales, y acercarnos una vez mas a esta preciosa imagen.