lunes, 30 de septiembre de 2013

Tiempo...


Cuestión de días, pocos días, cuestión de horas , pocas horas, para que la señora de los sueños, mi sueño, vacile y embellezca la ciudad del Tormes. Son muchas las miradas que están puestas en ese día, en ese instante, en el que la señora atraviese el dintel de esa fachada que tanto conocemos.


Sinceramente, estoy nervioso, pienso que ser un gladiador del Rosario es un privilegio del que solo muy pocos salimos afortunados. Ella lo quiso así, y ... no la defraudaré.


Duros ensayos han tenido que pasar los setenta corazones, ensayos de ilusión, los llamo yo. La misma que uno tiene a las ocho de la mañana, cuando coge la faja y el costal y con ello bajo el brazo marcha a tierras conventuales.

Que ganas hay ya!!, ganas de rezarle con los pies, ganas de verla reflejada en la piedra de Villamayor a la salida de la catedral, ganas de estar con ella, ganas de ROSARIO ... Pero quedan días, días en los que te pruebas la ropa, días en los que el costal se convierte en el rey de la casa, días en los que los cascos echan humo de tanto escuchar música, aparte de los 365 días del año que nos dedicamos a lo mismo, claro está. Macarena, Amarguras, Encarnación... que maravilla para los oídos, ¿verdad?

Días en los que te tiras el costal una y otra vez, tu solo, en tu casa y ... !sorpresa!, no queda como esperabas, no te sientes agusto. Tranquilo compañero, pasa igual que en la vida, siempre vas a necesitar a alguien que este a tu lado, que te apoye en el día a día, que se arrime a ti cuando la señora venga con lo suyo, que te tire el costal, como es el caso, y te lo deje perfecto, ya que las cosas haciéndolas con alguien y más en este caso, salen mejor.


Por eso, cuando la señora venga de vuelta ya "llenita", y los kilos me hundan, me acordaré de todos y cada uno que han pasado por este sueño. Recordare momentos inolvidables rodeado de amigos, ya que mi vida sin esta hermandad no se podría llamar vida. Y me acordaré también, como no, de esa ansiada espera que uno tiene que sufrir antes de meterse debajo de un paso, antes de ser costalero. Por eso, la sonrisa de alegría que te sale al ver a tu padre escribiendo la autorización, es inevitable.


Mi esfuerzo y dedicación desde mi punto de vista humilde, ya que opino que el puesto me lo he ganado, me ha llevado a ser 5º del Rosario, en la que estoy rodeado de muy buena gente, y de la que aprenderé muchísimo.

Por eso, hermano, aprieta la faja, que la Madre de Dios, nuestro origen ... !!Va a salir!!



Dani Rufo